10 oct 2012

Origen del Paraje El Calafate

El territorio actual de El Calafate antiguamente era paso obligado de quienes buscaban trasladar mercadería o animales hacia localidades el sur. Los largos trechos que debían recorrerse por los caminos patagónicos eran demasiada exigencia para los bueyes que tiraban las carretas, por lo que comenzaron a surgir los paradores. Generalmente estos puntos de descanso se ubicaban cada tres leguas (aproximadamente 12 kilómetros), ya que se consideraba que era la distancia apta para una jornada en carreta. Estos paradores solían situarse en proximidades de arroyos, ríos o lagunas y en puntos protegidos del viento por montes, barrancos o piedras, de modo que se constituían en verdaderos puntos de descanso en donde resguardarse del clima.
 
En proximidades de donde actualmente se ubica la localidad, se ubicaba uno de esos paradores de viaje. El mismo presentaba una peculiaridad, no observada en otros puntos de detención, estaba rodeado de un gran arbusto, al cuál inicialmente los carreros denominaron “mata grande”. Dicho arbusto era la planta de calafate, por lo que tiempo después bautizaron al paraje con el nombre de esta especie vegetal “calafate”. Posteriormente comenzó a denominárselo “El Calafate”.
 
El paraje El Calafate era visitado por numerosos viajeros que recorrían los áridos y solitarios caminos de la Patagonia. A principios de siglo, un comerciante decidió montar en dicho punto, un rancho de adobe. Armando Guillón, responsable de dicha construcción, habitó allí hasta el año 1913 aproximadamente, fecha en que tomó sus pertenencias y se retiró hacia otro rumbo. Pero el rancho no permaneció deshabitado mucho tiempo, en breves fue ocupado por inmigrantes españoles. Dos familias oriundas de La Coruña, Pantín y Freile, adquirieron la construcción e instalaron allí un hospedaje y almacén de ramos generales. Con este desarrollo esta antigua posta comenzaba a convertirse en el asentamiento de El Calafate.
 
A medida que este lugar comenzaba a poblarse, surgió la necesidad de organizar este nuevo asentamiento. Producto de estas necesidades el Gobierno Nacional decretó en 1927 la creación del pueblo de El Calafate. La en ese entonces, dirección nacional de tierras, dispuso trazar el ejido urbano en un valle, a orillas del arroyo Calafate, al sur del Río Santa Cruz, sobre el Lago Argentino. A pesar de la iniciativa de los pobladores de formar el pueblo sobre la llanura alta, para aprovechar el suelo de la quebrada para actividades agrícolas, Calafate terminó formándose en la zona baja. De a poco fue desarrollándose y montándose la estructura del, por aquellos años, pueblo de El Calafate. Debido a que su población no superaba los 500 habitantes, la comuna estaba al mando del Juez de Paz local (establecido por el Régimen Municipal de Territorios Nacionales). Recién en el año 1946, la localidad logró obtener su propio órgano de conducción con la creación de la Comisión de Fomento del Lago Argentino (por resolución del Gobierno Provincial).
 
Durante la década del 70, se determina por resolución oficial, que el crecimiento de El Calafate debía ser organizado en base a un ordenamiento urbanístico estipulado para localidades de 25.000 habitantes. El incipiente desarrollo y crecimiento de la zona se vio reflejado en decretos como el nombrado y en el paso de Comisión de Fomento a Municipio como instancia de gobierno. En el año 1973 el decreto provincial habilita al Municipio a ejercer como forma de gobierno y en diciembre de ese mismo año el Concejo Deliberante, sesiona por primera vez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario